Un sorbo es suficiente,
invasivo y letal… se desliza,
rasposo, corrosivo… maligno,
armando una telaraña sin fin.
El dolor es intenso, agudo,
un torbellino de pensamientos,
que se destruyen unos a otros.
Un sorbo es suficiente,
para calmar el dolor del olvido,
para dejarse adormecer,
para apaciguar la tristeza,
para secar cada lágrima.
Un sorbo es suficiente
va quemando inclemente,
impetuoso, dueño de mi,
mientras que a su paso
va robándome la vida
y con ella el dolor tapizado
en el alma cuarteada.
Un sorbo es suficiente,
para pagar mis culpas,
para dejar este mundo,
para empezar de nuevo
mi triste calvario sin fin,
donde ya no hay muerte,
donde tampoco hay vida…